En esta ocasión la pájara Picota ha perdido una pluma que no encuentra por ningún sitio y piensa que así el Tejoncito no le dejará ninguna moneda de chocolate. Le pide a Morris que la ayude, pero encontrar la pluma es una misión difícil. Morris lo intenta todo: cuelga un cartel, pide ayuda a sus amigos, habla con el tejón... pero la pluma no aparece. Hasta que de manera casual el mapache resuelve el caso, ya que la pluma la tenía Bu, el búho, el cual la utilizaba de marcapáginas. Finalmente, a Picota le traen sus monedas y Morris se da un atracón de chocolate.