En esta obra se mezclan dos estilos: el ensayo y la prosa poética, que en unas ocasiones se diferencian nítidamente y en otras se entreveran inextricablemente, como cumple a esa clase de pensamiento que con tanta frecuencia nos asalta y en el que razón y emoción van de la mano y pugnan una con otra quitándose mutuamente la palabra.