Es difícil encontrar un hilo conductor en un libro que resulta ser una recopilación de las aventuras que se han ideado durante décadas. Digamos que los sueños que ha tenido el autor han navegado siempre intentando descifrar los misterios aventurados de la sinrazón y esa moneda que hay que pagar y a la que llamamos desastre. Lo ha hecho desde horizontes muy diferentes. Textos realistas y fotográficos, textos imaginativos y textos que relatan las historias desde una perspectiva que podríamos denominar de misterio. Acaso se perciba un intento unitario: relatar el asombro que produce un mundo que parece tener la obsesión de su extinción. La antología se abre con un relato inédito: La residencia se titula.