El tiempo, constante en su devenir, se entiende, vive y percibe de manera diferente en función de los individuos. Ello, aplicado a la Edad Media, permite observar los modos cambiantes de una mentalidad colectiva que genera formas culturales. Esta monografía transita por las ideas y nociones que, del tiempo, tenían los individuos en su camino hacia Santiago y por las formas que tales ideas implican. Desde la perspectiva de las fuentes documentales, los edificios, los objetos y ritos ?y todo ello desde la morfología de la ciudad y sus rutas?, se argumentan los cambios producidos en torno al siglo xii, que definen usos diversos en la percepción del tiempo. Constante, cambiante, pausado o apurado, en una mirada hacia Compostela desde la Europa medieval.