Un orden mundial que sea capaz de ordenar los procesos económicos globales con el fin de fomentar el libre desarrollo de los pueblos, de sus culturas y formas de ser, es el reto al que se enfrenta hoy la democracia. Con una sociedad civil global, estructurada alrededor de miles de organizaciones cívicas que conforman una opinión pública, no debemos caer en el error de identificar democracia y estado. La sociedad civil es parte activa de la democracia y su influencia es, hoy por hoy, uno de los pilares básicos para su construcción. Esta es la tesis principal de este libro.