Pocas materias presentan el nivel de conflictividad de los litigios sucesorios. El momento de la partición se ha revelado desde siempre como uno de los aspectos más delicados y los procedimientos diseñados por la Ley de Enjuiciamiento Civil (arts. 782 y ss. LEC) para dar respuesta a los conflictos sucesorios nunca se han caracterizado por su agilidad y su eficiencia.
Así las cosas, el problema que se pretende abordar en estas páginas estriba en determinar las relaciones que pueden establecerse entre la partición hereditaria y el arbitraje. Más en general, se analiza en qué medida el recurso al arbitraje puede contribuir a resolver de forma más eficaz los conflictos sucesorios y, en particular, los que se suscitan en torno a la partición.