Cuenta la leyenda que Alejandro de Macedonia, no contento con recorrer las vastedades de Asia y someter a medio mundo bajo su imperio, emprendió un viaje a los confines de la Tierra en busca de las aguas que conceden la eterna juventud. Esta leyenda, que desplaza al personaje de Alejandro de la historiografía al cuento maravilloso, se hizo enormenente popular en la Antigüedad tardía y el Medievo, imbricándose en una tradición inaugurada en la historia d ela literatura con el Poema de Gilgamesh, el relato arquetípico de la búsqueda de la inmortalidad por el héroe.
Las narrativas de Alejandro y el agua de la vida cumplen una doble función: por una parte, ilustrar la ambición y desmesura de su protagonista; por otra, representar el entorno donde se encuentra la fuente de la inmortalidad conforme a las concepciones vigentes del más allá: una región envuelta en tinieblas, situada en los márgenes de la realidad. Valiéndose de un enfoque abierto e interdisciplinar, el presente trabajo sigue el recorrido de los distintos elementos que, procedentes de las tradiciones más diversas, se fueron sedimentando a lo largo de los siglos en esta singular construcción del inframundo codificada en el mito de Alejandro.
Para guiar al lector a través de este laberinto de símbolos, el texto de Paisajes del inframundo está estructurado omo un viaje: un itinerario que cruza edades y continentes siguiendo las vicisitudes de la transsmisión del episodio como parte de la Novela de Alejandro helenística y de la compleja red intertextual que la envuelve. El recorrido comienza en su lugar de composición la Alejandría tardoantigua, para luego desplazarse a las ciudades del disputado limes oriental, donde asimilará influencias de lo más heterogéneo: el discurso milenarista de los cristianos orientales, los residuos de antiguos mitos mesopotámicos o relatos alternativos sobre Alejandro salidos de las comunidades rabínicas de Babilonia. Al pasar al mundo islámico, el viaje de Alejandro en busca del agua de la vida se convierte en un tema de resonancias sagradas, fuente de inspiración para los místicos sufíes.
Las descripciones más prolijas y ricas en simbolismo del episodio pertenecen a la tradición irania. Paisajes del inframundo presenta las primeras traducciones al castellano de estos pasajes, versiones directas de los originales persas: las pertenecientes al Šhahnamé de Ferdosí (1010) y al Šarafnamé de Nezamí de Ganyé (1200).