A veces se tiene la impresión de que sobre los jóvenes, o no se reflexiona, o se hace desde una mentalidad interesada. Se piensa en ellos para tratar de adivinar sus gustos personales, aquellos factores desde los cuales poder presentarles de forma más eficaz un producto que comprar o un proyecto político al que votar. En cierto modo se les admira, pues la lozanía de sus cuerpos y la infinidad de posibilidades que se abren en sus vidas producen en los adultos una cierta añoranza de tiempos pasados. Los jóvenes son el paradigma de nuestra cultura posmoderna. Si antaño se escuchaba a los ancianos por su experiencia, hogaño se atiende a los jóvenes por su vitalidad. Muchos mayores desean ser jóvenes y vivir como tales. No quieren aceptar compromisos sólidos ni optar decididamente por la verdad. Han hecho del sentimentalismo el criterio de sus existencias y, temiendo que su físico pueda marchitarse, se han entregado a las promesas escatológicas de los gimnasios, de las cremas milagrosas y de las cirugías estéticas.Cuestiones como estas requieren un planteamientoásereno. Tal es precisamente el objetivo de esta colección de artículos. Varios estudiosos abordarán una serie de cuestiones sobre juventud, cultura y sociedad. Sus reflexiones son puestas al servicio de todos. De los adultos, para que puedan descubrir la esperanza que supone la nueva generación. De los jóvenes, para que sean capaces de afrontar la eterna tarea de cuestionarse a sí mismos. De los educadores, para que comprendan los anhelos de quienes han sido confiados a su magisterio. De los cristianos, para que conozcan y amen mejor a esta generación a la que deben anunciar el Evangelio. De los no cristianos, para que, a la luz de propuestas ajenas, puedan descubrir y formular la propia.