Jacques de Callières (ca. 1600-1662), a pesar de sus oscuros orígenes, llegó a ser mariscal del ejército francés y emparentó con la baja nobleza. Dos de sus hijos progresaron aún más en palacio o con las armas. Casi al final de sus días escribió este libro, que en su tiempo tuvo una notable difusión, destinado a la media nobleza provinciana, que poseía riquezas pero carecía de peso político al no vivir en la Corte. También a segundones e hidalgos de la baja nobleza que, privados de recursos y contactos, se veían forzados a abrirse paso en sociedad en virtud de su talento. El autor analiza el potencial de diversas ocupaciones que permitían conquistar riqueza y prestigio social, lo que confirma el malestar que existía en sectores sociales sobre cuya mentalidad no abundan las fuentes. Son páginas publicadas poco después de la conspiración de la Fronda, afines a las tesis de los rebeldes y reflejo de su decepción tras el fracaso. También nos informan sobre las prácticas educativas de la aristocracia, que consideraba la instrucción un elemento secundario, dependiente de una estrategia orientada hacia la promoción y la perpetuación familiar.