En 1924 se publica " Idea " de Erwin Panofsky, para muchos su primer trabajo ambicioso y, desde luego, una propuesta seminal de lo que van a ser sus contribuciones posteriores donde se plantea una pregunta reiterada: ¿qué significados se esconden tras las apariencias de las imágenes?
El libro, en diálogo con Cassirer, se aproxima a los asuntos de lo bello y el arte en los diálogos de Platón y llega en un ámomento esencial para la construcción de los cimientos de la Historia del arte que empieza a consolidarse de la mano de Riegl, W´lfflin y Warburg ¿este último decisivo para Panofsky¿, quienes entre mediados de los 80 y finales de los 90 del 1800 áelaboran los principios fundacionales de la disciplina tal y como se la conoce.
Aunque lo más interesante del autor, cuyo vastísimo conocimiento que despliega frente al apabullado lector contemporáneo que aspira a empaparse de la cultura prodigiosa de la cual hace gala, es una forma de trabajo desjerarquizada que parece aplicarse de igual manera a todas las obras sin átener en cuenta la ´calidad´ de las mismas. Esa mirada desjerarquizada plantea una idea muy contemporánea, próxima a los ´estudios visuales´: a cada época le corresponde un sistema de representación visual que facilita la lectura de cualquier imagen que surge dentro del mismo. Es esa particularidad de su pensamiento la que preludia una mirada actual que vuelve a situar a Panofsky en el centro de una indudable discusión moderna.