Casa, nubes, ciprés,morera, camino...tales son los significativos elementos solitarios que reiteradamente habitan los paisajes de Hernández Pijuan; el pintor ha sabido encontrar en estas series de gouaches un adecuado equilibrio entre su preocupación por el tratamiento formal del espacio y un matizado tono emocional, que sabe sugerir en el espectador misteriosos y mágicos paisajes interiores, del alma. Dichas imágenes van acompañadas de unos magníficos poemas de Joan Margarit que las complementan perfectamente.
Edición bibliófilo 440 ejemplares