VICIANA CLEMENTE, MIGUEL ÁNGEL
Hasta entonces al amor nadie se lo había tomado en serio. Desde antiguo había sido considerado un juego para que los cortesanos pasaran el tiempo o, a lo sumo, una curiosa enfermedad que se curaba con el tiempo. Sin embargo, en plena Ilustración del siglo XVIII, se juntaron dos hechos que amenazaron con cambiar la sociedad entera y derribar todo el sistema del Antiguo Régimen. El primero fue que las mujeres alcanzaron una gran libertad y un protagonismo inesperados. El segundo fue el surgimiento de una idea arrolladora, a saber, que los hombres y las mujeres debían casarse enamora- dos. Los ilustrados se empeñaron en manipular dicha idea con el fin de dar un giro conservador a las costumbres y para que las mujeres aceptaran, esta vez voluntariamente, la sumisión de siempre.