Con el presente trabajo, el autor nos ofrece un corpus genealógico que contiene a todas las grandes familias de la Edad Media peninsular, desde el siglo VIII hasta finales del siglo XV. La obra se divide en tres partes: Galicia, León y Castilla.
El interés del tema es evidente, cuando constatamos la extraordinaria importancia que el estudio de la genealogía implica para el mejor conocimiento del mundo medieval. Nos encontramos con una sociedad de carácter estamental, regida por diversos linajes, todos ellos interconectados entre sí. Todo el entramado social que late por debajo de ellos está constituido por un conjunto de familias de segundo rango, también interconectadas entre sí, y con las ramas segundogénitas de las superiores. Pero, además, el mundo medieval no funciona con los esquemas que nuestro mundo moderno impone. Allí no existen —y es inútil buscarlas—las diferencias ideológicas entre quienes se disputan el poder. Los grupos de presión y los partidos —pues también en aquellos tiempos existían, aunque sin estos nombres— no se forman por afinidades ideológicas sino por comunidades de intereses, basadas en la inmensa mayoría de los casos en los lazos de sangre. El hombre medieval, por tanto, cuando busca el poder y la riqueza lo hace fundándose en sus relaciones familiares y, cuando éstas son insuficientes, las persigue a través del establecimiento de un vínculo matrimonial, ya sea para uno de sus hijos o para él mismo, con la finalidad de heredar un patrimonio o redondear el suyo, ya sea para buscar un aliado contra terceros, ya sea —en el caso de los monarcas— para establecer o consolidar relaciones con los reinos vecinos.