En La Habana, las religiones afrocubanas, distintas pero interconectadas, coexisten y forman un original complejo religioso de competencia y cooperación. Las prácticas de iniciación, de adivinación, de posesión ritual y de sacrificio varían según la relación que los vivos mantienen con los dioses y con los muertos, pero también según la forma en que la diferencia sexual estructura el espacio religioso. Estas prácticas no se basan exclusivamente en el rito y en la oralidad: el texto escrito es un elemento central del sistema de transmisión de una generación a otra. Publicado ahora por vez primera en español, este libro es la obra más completa sobre las religiones afroamericanas en Cuba, y es una obra mayor en antropología de la religión.