En este primer libro de la vasta producción de su autor se reúnen ensayos cuya temática abarca desde la filosofía del lenguaje ordinario hasta áreas tan diversas como la ética y la política, la teoría estética y la crítica de arte: de la literatura clásica, de la música moderna atonal y de la pintura abstracta. Además, nos encontramos con subtemas, no tan desarrollados pero que constituyen el germen de una arquitectura filosófica muy ambiciosa que irá tomando cuerpo y desarrollándose en su obra posterior: cuestiones como los retos que supone "ser autor" (la llamada "autoría") y lector de textos; la voz y las dificultades de la comunicación; y la cuestión de la tensión entre filosofía analítica y continental. Tal diversidad de temas y subtemas, unificados mediante los procedimientos del lenguaje ordinario, convierte al libro de Cavell en algo así como una entrada cabal, "(casi) imprescindible", al resto de su obra; obra y libro que siguen manteniendo su interés y alimentando nuestros retos, desafiando y cuestionando la cultura contemporánea y el lugar y la responsabilidad de cada uno de nosotros en ella.