Este libro abarca tres décadas y muchas constantes, que quizá podrían resumirse en una esencial: el color. El incendio del color. La melodía del color. El arabesco cromático que nace de la inspiración, de la intuición, del azar y del juego. Esta obra la ha realizado en París, pero sobre todo en Mallorca, que es su último refugio. El pintor ha contado en varias ocasiones que trabaja en un lugar con mucha luz que se abre hacia un horizonte infinito y que oye a diario el canto de las aves, la música del viento, y contempla y percibe la fuerza y la claridad del sol.
Con Broto es fácil reconocer la tradición más intensa y expresiva del genio aragonés, que hunde sus raíces en los trazos de Goya y llega hasta el presente a través de una explosión cromática. El viaje de los últimos treinta años, que da título a esta exposición, es además una fuerte evidencia del Broto más actual, aquel que navega con soltura entre el tradicional pigmento y el ámbito di-gital, con el color como absoluto protagonista. Color que Broto inventa y reinventa, que mezcla y convierte en pura luz, potencia y expresión, con gestos que atraviesan el lienzo y formas que componen –o descomponen– abstracciones reverberantes o sutiles ensoñaciones.
