Ana María Matute (Barcelona, 1925–2014) ha sido la autora más galardonada, reconocida y famosa de las décadas de 1950 y 1960, no solo en el ámbito nacional, sino también en el internacional. Tuvo una carrera precoz que, de algún modo, comenzó a los cinco años cuando se emocionaba con las historias que le contaban y que ella ya empezaba al leer, germen de esa imperiosa necesidad de inventar las suyas propias. A los diecisiete ya había escrito su primera novela, que años después obtuvo el Premio Planeta. Su carrera fue, pues, rápida y llena de éxitos.
Este gabinete bibliográfico, con el que el Instituto Cervantes conmemora el próximo centenario de su nacimiento, lleva el título «Quien no inventa no vive», frase con la que Matute resumía su actitud ante la vida y la literatura: la invención, la creación de historias, de personajes, de paisajes… de todo un universo propio y singular. Que aquí se convierte en un itinerario con cinco paradas: infancia, juventud, madurez, depresión y un espléndido renacer.