Son muchas las recensiones de la Novela de Alejandro que relatan un fabuloso viaje emprendido por el macedonio a los confines de la tierra en busca de las aguas que conceden la eterna juventud. Esta leyenda, que desplaza al personaje de Alejandro de la historiografía al cuento de hadas, se hizo enormemente popular en la Antigüedad tardía y el Medievo, imbricándose en una tradición inaugurada en la historia de la literatura con el Poema de Gilgamesh: el relato arquetípico de la búsqueda de la inmortalidad por el héroe. Del homenaje rendido por Borges a este mito universal en uno de sus cuentos, El inmortal, procede la cita que da título a este ensayo: ?Otro es el río que persigo, [?] el río secreto que purifica de la muerte a los hombres?. La narrativa de Alejandro y el agua de la vida cumplía una doble función: por una parte, ilustrar la ambición y desmesura de su protagonista; por otra, representar el entorno donde se encuentra la fuente de la inmortalidad conforme a las concepciones vigentes del más allá: una región envuelta en tinieblas, situada en los márgenes de la realidad, descrita con tal precisión en algunas versiones de la leyenda que casi es posible cartografiarla. A lo largo de este trabajo, reelaboración de materiales de su tesis doctoral, el autor va desvelando cómo elementos procedentes de las tradiciones más diversas (desde la mitología griega al esoterismo islámico) se fueron sedimentando a lo largo de los siglos en esta singular construcción del inframundo codificada en el mito de Alejandro.