Este libro narra en tiempo presente las tramas políticas y diplomáticas tejidas a escala transatlántica entre la caída del imperio napoleónico en 1814 y las revoluciones liberales ibéricas en 1820. La narración se organiza en torno a la hipótesis de una eventual alianza entre España y Portugal para sofocar los movimientos revolucionarios americanos. Sobre la base de esa hipótesis fallida, la autora reconstruye y analiza las alternativas que se configuraron en torno a la primera Restauración y las complejas redes establecidas entre las potencias europeas y el corredor luso-hispano-criollo del Atlántico Sur con epicentros en Río de Janeiro, Montevideo y Buenos Aires.