La construcción del claustro de la catedral de Toledo tuvo lugar entre los siglos XIV y XV. La comparación de la documentación contable que generó con el propio monumento y los signos lapidarios identificados gracias a la aplicación de las nuevas tecnologías, ha permitido acercarse a la vida cotidiana de una de las mayores empresas constructivas de la Edad Media castellana y contribuir a una nueva lectura de los medios, las personas y la organización de los talleres de cantería.