En La judía de Toledo Antonio Mira de Amescua relata la historia de una familia judía de la España de Alfonso VIII es desterrada por éste de la ciudad de Toledo. Hacia 1270, la Crónica General de Alfonso X el Sabio alude por primera vez a un episodio de la vida de Alfonso VIII (1155-1214): en 1170, recién casado con Leonor de Aquitania, se enamoró de una judía de Toledo, Raquel, la "Fermosa", y se encerró con ella durante casi siete años olvidando a su legítima mujer y su reino. Los nobles de la Corte decidieron matar a la judía de Toledo.