Las lecciones de 1978 y 1979 dictadas por Foucault en el Collège de France ocupan un lugar singular en el conjunto de la obra del filosofo. Estos cursos representan una ruptura frente al trabajo que Foucault venía realizando en la década de los setenta, y esto por lo menos de tres formas. Primero, porque en estas lecciones, como en ninguna otra parte del corpus foucaultiano, se lleva a cabo una reflexión sobre el Estado. Segundo, porque estas lecciones son el único lugar de toda su obra donde se reflexiona sobre la racionalidad política contemporánea. Y tercero, porque en ellas Foucault -anuncia- el giro investigativo que tomarían sus últimas obras sobre la ética del mundo greco-romano.