Una de las ideas que el concepto de Edad Media evoca más recurrentemente es la de una sociedad inmersa en la violencia y en la guerra. Y efectivamente, hasta cierto punto, así fue. Esa percepción, tanto en la cultura popular como en ocasiones en los espacios académicos, ha sido considerada como una manifestación irracional y caótica de una sociedad que arrastraba una imagen negativa. Sin embargo, el análisis riguroso del ejercicio de la violencia demuestra que no era así. Ciertamente, los poderes de la Europa medieval no dudaron en afrontar el riesgo del conflicto armado. Pero lo hicieron no solo empeñando todos sus recursos, sino también desarrollando unas prácticas estratégicas y tácticas bien estructuradas y adaptadas a sus objetivos y a los medios que podían poner en juego. Este libro ofrece un análisis de la estrategia y la táctica militar imperantes en la Corona de Castilla durante el siglo xv a través de un elenco de fuentes narrativas. Sin perder de vista que los ejércitos son reflejo de las sociedades que los producen, esta investigación inserta las prácticas militares castellanas dentro del contexto europeo, proyectando la casuística presentada en el debate en torno a la revolución militar. El trabajo se divide en varios bloques que abordan los diferentes modos de hacer la guerra en la Castilla del cuatrocientos. El estudio se abre con la definición de los elementos de liderazgo militar y las estrategias aplicadas en función del tipo de enemigo y los fines perseguidos. Posteriormente se analiza la ejecución de la guerra en su vertiente más práctica a través de los tres pilares que sustentaban la praxis bélica medieval: incursiones y cabalgadas, asedios y guerra de posición y, finalmente, batallas campales.